domingo, 26 de octubre de 2008

La tierra, generosa, abundante y sabia, nos bendice con sus frutos.
Dentro de cada planta, piedra, elemento de la naturaleza, habita un secreto y una medicina. Nos corresponde escuchar nuestro propio cuerpo, reconocer sus señales y ofrecerle la cura que necesita.


LA QUE CURA


Madre, cántame una canción
Que alivie mi dolor,
Repare mis huesos rotos
Y traiga la totalidad de nuevo

Coge mis bebés
Cuando nazcan,
Canta mi canción de la muerte,
Enséñame a llorar

Muéstrame la Medicina
De la hierbas curativas,
el valor del espíritu,
Y cómo puedo ayudar

Madre, sana mi corazón
para que pueda ver
Tus dones
Y para que puedan vivir a través de mí.
Tomado de la medicina de la tierra de Jaime Sams